La creatividad no es sólo una habilidad innata, sino que se puede aprender y desarrollar a una edad temprana. Actualmente, más que nunca, es necesario comprender la importancia de estimularles como parte de su desarrollo personal, teniendo en cuenta también las probabilidades de éxito en los estudios que elijan en la edad adulta.
La creatividad se considera una característica única de campos artísticos como la pintura o la música, cuando en realidad también se refiere a la capacidad de encontrar soluciones a problemas difíciles, pensar con claridad y comunicarse eficazmente con quienes nos rodean.
En un ambiente con muchas actividades en casa o en la escuela, los niños tienen la oportunidad de experimentar su amor por la aventura y difundir sus ideas libremente, en este contexto, se anima a los niños a continuar con sus pasiones y experimentar sin miedo a cometer errores, y tener; confianza en tus capacidades.
¿Qué significa espacio seguro desde un punto de vista creativo?
Un entorno estimulante comienza con la creación de un espacio físico seguro e inspirador. La habitación, las aulas y las zonas de juego del niño deben organizarse de forma que fomenten la exploración y la creatividad. Decoraciones coloridas, materiales educativos y áreas especialmente diseñadas para diversas actividades (como rincones de lectura, áreas de manualidades y áreas de juego al aire libre) son un buen punto de partida.
La curiosidad, el activo de la infancia
Los niños son curiosos y ansiosos por explorar el mundo que los rodea. Por eso es importante darles la libertad de elegir sus actividades, sin imponerles demasiadas restricciones. Evidentemente, debe existir un equilibrio que permita tanto la exploración de las pasiones y el juego, como el aprendizaje autónomo.
En lugar de obligar a los niños a seguir un programa estricto, podemos ofrecerles opciones para elegir. Les proporcionamos diversos materiales y recursos (libros, juegos, acuarelas, canciones con o sin alcohol, lápices de colores, kits de ciencia, etc.) y les animamos a utilizarlos. También les permitimos explorar la naturaleza, realizar viajes y participar en actividades que les brinden la oportunidad de aprender a través de la experiencia directa.
Los errores, parte del proceso de aprendizaje
Los niños deben comprender que está bien cometer errores y que cada fracaso es una oportunidad para aprender y crecer. Por ejemplo, si un niño se equivoca durante una actividad artística, en lugar de decirle que se equivocó, podemos preguntarle qué aprendió de esa experiencia y cómo podría hacerlo diferente la próxima vez.
Hay que animar constantemente a los niños
Los niños deben sentir que son amados y apreciados por quienes son, no sólo por lo que hacen. Es importante mostrarles a los niños que confiamos en sus capacidades y que los apoyamos en sus esfuerzos. Por ejemplo, podemos decirles «Estoy orgulloso de ti por probar algo nuevo.» o «Me gusta como pensaste en esta idea.«. Estos mensajes alentadores dan a los niños la confianza que necesitan para seguir explorando y desarrollando su creatividad.
No olvidemos que los más pequeños aprenden más rápido mediante la observación y la imitación. Por tanto, podemos mostrar a los niños cómo crear arte, cómo resolver sus problemas o cómo encontrar soluciones a diversos retos. También podemos leerles libros sobre personas creativas e innovadoras y contarles sus logros, para inspirarlos y motivarlos.
El papel de las actividades extraescolares
Las actividades extraescolares son otra base fundamental para promover la capacidad de creatividad de los menores. Estas actividades les brindan la ocasión de poner en práctica sus habilidades de una manera lúdica, sin temor a fallarse o a la prisa. Los centros culturales, artísticos, musicales o de tecnología y ciencia son parte de los hobbies preferidos de los papás que deseaban para los niños ellos un trayecto brillante en el ámbito personal y profesional.
Las clases de arte mejoran las habilidades de dibujo y color, animando a los niños a reflexionar sobre ideas y expresar sus emociones de forma no verbal; la música mejora la capacidad de escuchar y el sentido del ritmo, y mejora la estabilidad y la concentración. El teatro fomenta la expresión de emociones y empatía, lo que ayuda a los niños a desarrollar habilidades de comunicación y comprender las perspectivas de otras personas.
Los juegos de roles y la narración de historias son métodos clásicos, pero muy eficaces para fomentar la creatividad. A través del juego, los niños no sólo desarrollan habilidades sociales y de conversación, sino que también aprenden a usar su imaginación para crear mundos y personajes. Los padres tienen la oportunidad de fomentar el juego de roles a través de disfraces y complementos, o organizando obras de teatro planificadas o «escenas de la vida» en las que los niños hacen de médico, guía o explorador.
A diferencia del comportamiento planificado y organizado, el juego autodirigido brinda a los bebés la oportunidad de utilizar sus habilidades de comprensión sin restricciones. Es crucial proporcionar a los menores horarios y lugares de juego adecuados según sus estándares individuales. Los análisis muestran que las actividades de juego libre tienen un impacto beneficioso en el desarrollo psicológico y emocional de los menores, mejorando su capacidad para resolver problemas, su inteligencia y su capacidad para cooperar con los demás.
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